jueves, 23 de febrero de 2012

La economía de Marx para Anarquistas


Wayne Price
Este es el capítlo 1, introductorio (2º edición), que estoy escribiendo, con el mismo titulo y subtitulo. Este capítulo se centra en por qué podría ser util para anarquistas y socialistas libertarios aprender de la economía política de Marx, a pesar de la historia negativa que recorre a marxistas y anarquistas.

Una introducción anarquista a la Critica de la economía política de Marx
Hoy, el mundo se enfrenta a inquietantes trastornos de carácter político, militar, ecológico, cultural e incluso espiritual. Claramente, esto incluye una profunda crisis económica, que coincide con todos estos problemas, por lo que se vuelve necesario entender la naturaleza de esta crisis, si queremos enfrentarla.
De todas las teorías económicas, las dos escuelas principales son burguesas, en el sentido de que defienden el capitalismo. Tanto la escuela conservadora, monetarista, pro libre-mercado sin restricción alguna, como la liberal/socialdemócrata escuela keynesiana, existen para justificar el capitalismo y aconsejar a los gobiernos cómo manejar la economía capitalista.
La única teoría económica alternativa desarrollada es la de Carlos Marx. Su teoría fue pensada para guiar a la clase obrera en el entendimiento del capitalismo, con el objetivo de acabar con él (razón de porqué llamo a su teoría una “crítica de la economía política”). Otros radicales, particularmente anarquistas, desarrollaron ciertos temas relacionados con la economía tales como la posible naturaleza de la economía post-capitalista. Pero ninguno, aparte de Marx, desarrolló un análisis global de cómo funciona el capitalismo en tanto sistema económico. Por eso me he centrado en la obra de Marx, a pesar de ser anarquista y no marxista (ni economista). Con esto quiero decir que no acepto la totalidad de la perspectiva desarrollada por Carlos Marx y Federico Engels, a pesar de tener acuerdo con parte de ella.
No pretendo originalidad. A lo sumo, el tomar una posición minoritaria ahí donde existen diferentes interpretaciones de la teoría de Marx. Pero me enfoco en su teoría tal cual se expresa en los tres volúmenes de “El Capital”, los “Grundrisse” y algunos otros trabajos, y en la obra de su colaborador y compañero, Federico Engels.
En otras palabras, no abarco toda la teoría marxista, que incluye a los comentadores post-marxistas, algunos de los cuales discrepan en aspectos fundamentales de la teoría de Marx. Por ejemplo, muchos auto-denominados economistas marxistas rechazan la teoría del valor-trabajo de Marx. Más aún, rechazan su ley tendencial a la caída de la tasa de ganancia y otros rechazan la posibilidad del capitalismo de Estado. La mayoría de estos comentadores son, de facto, defensores del capitalismo de Estado (la mayoría de los marxistas demócratas/reformistas apelan al Estado como interventor de la economía, reforzando así el capitalismo. A diferencia de éstos, los marxistas revolucionarios buscan derrocar al Estado tal como existe, creando uno nuevo que reemplace al Estado burgués -mientras mantienen las relaciones capital/trabajo). Como mucho, me referiré a algunos post-marxistas cuando discutamos sobre el imperialismo y la época de decadencia capitalista.
Ha habido muchas versiones de Introducción a la economía marxista, partiendo por el mismo Marx en su “Valor, Precio y Ganancia” y “Trabajo asalariado y Capital”, sin mencionar el vasto número de sofisticados trabajos al respecto. Muy raramente ha existido algo sobre este tema escrito por y para anarquistas u otros socialistas libertarios, y sospecho que puede ser de utilidad hoy.

¿Pueden los anarquistas aprender de Marx?
¿Cómo pueden los anarquistas aprender algo del marxismo? La Primera Internacional se vino abajo a propósito de una dura lucha faccional entre los seguidores de Marx y Bakunin, el fundador del movimiento anarquista. La segunda internacional (Socialista) no dejó que los anarquistas se le unieran. Tras la revolución rusa, el régimen de Lenin y Trotsky arrestó y fusiló anarquistas. En términos generales, el movimiento marxista ha llevado, primero, al reformismo social-demócrata y al apoyo del imperialismo occidental, y en segundo lugar, al genocidio, el totalitarismo y al capitalismo de Estado (mal llamado “comunismo”), el cual finalmente colapsó, volviendo al capitalismo tradicional.
Pero tanto el marxismo como el anarquismo emergieron del movimiento socialista de la clase obrera del siglo XIX. Ambos buscan el fin del capitalismo, las clases, el Estado, la guerra y todo tipo de opresión. Ambos se centran en la clase obrera como el agente revolucionario de cambio, en alianza con los demás sectores oprimidos del pueblo. Sin embargo, los anarquistas rechazan las ideas de Marx sobre de Estado de transición («la dictadura del proletariado»), la nacionalización y centralización de la economía post-capitalista, la estrategia de construir partidos electorales y las tendencias al determinismo teleológico. En cambio, los anarquistas buscaron reemplazar al Estado con federaciones de consejos obreros y asambleas comunitarias, reemplazar al ejército y a la policía con un ejército popular organizado de forma democrática (milicias) y reemplazar al capitalismo con federaciones autogestionadas de fábricas, industrias y comunas, planificadas democráticamente de abajo hacia arriba.
Aún así, muchos anarquistas han expresado su aprecio por la teoría económica de Marx. Esto empezó con Bakunin y continúa hasta hoy, bajo la convicción de que es posible desengancharla de la estrategia política de Marx. Por ejemplo, Cindy Milstein, una influyente anarquista norteamericana, escribió en “El anarquismo y sus aspiraciones”, «Más que nadie, Carlos Marx comprendió el aspecto esencial de aquello que sería la estructura social hegemónica – articulado de la forma más convincente en su Capital…» (2010; p. 21)
Algunos radicales han argumentado que existen dos aspectos del marxismo (esto es, del marxismo de Marx) -y estoy de acuerdo. Un aspecto era libertario, democrático, humanista y proletario; el otro, autoritario, estatista y burocrático. Un lado era científico y otro determinista y pseudo-científico. Desde este punto de vista, el estalinismo totalitario ha usado ambos aspectos del marxismo de Marx, no sólo la centralización y demás aspectos autoritarios, sino también los positivos, libertarios y humanistas, con el objetivo de pintar una cara atractiva sobre su realidad monstruosa, engañando a cientos de millones de trabajadores y campesinos que creían que luchaban por un mundo mejor. Pero, ¿de ahí se sigue que los socialistas libertarios deben rechazar todo el trabajo de Marx, incluso los aspectos positivos?
Desde hace tiempo ha existido una tendencia minoritaria en el marxismo que se ha basado en los aspectos humanistas y democráticos de Marx. Ésta se remonta hasta William Morris, el británico que trabajó con Engels siendo amigo de Pedro Kropotkin, y continúa hasta hoy en el «autonomismo» marxista. La versión de la economía marxista que he aprendido fue fuertemente influenciada por la «Tendencia Johnson-Forrest» (C.L.R. James y Raya Dunayeskaya) y Paul Mattick (del «comunismo de consejos»)
No estoy diciendo que estos marxistas libertarios tengan la interpretación correcta del marxismo, en oposición al autoritarismo marxista-leninista. Sólo estoy señalando, empíricamente, que es posible para algunos combinar la economía marxista con una política que es esencialmente igual al anarquismo. De ahí que llegue a la conclusión de que es posible para el anarquismo aprender de la crítica a la economía política de Marx.

¿Era Marx un plagiador?
Hay todavía otra cuestión sobre la economía política de Marx que es a veces señalada por anarquistas. Hay quienes sostienen que Marx no inventó su teoría, sino que aprendió la mayor parte de ella de otros pensadores, entre los cuales figura Pierre-Joseph Proudhon, la primera persona autoproclamada “anarquista”. Este grupo acusa a Marx de plagiador.
No hay duda de que Marx hizo un riguroso estudio de pensadores que teorizaron antes que él, incluyendo a economistas políticos burgueses y escritores socialistas. Sus escritos, los que fueron publicados y los que no, admiten a menudo una lectura de diálogos entre él y economistas anteriores (por ejemplo, en sus “Teorías del plusvalor”, el “cuarto volumen” de “El Capital”); esta es otra faceta de su referencia a una “crítica a la economía política”. Marx afirmaba ir más allá que ellos, pero jamás negó que construyó sobre la base de pensadores anteriores. Respetaba a algunos economistas políticos (particularmente a los de la línea que va desde Adam Smith hasta David Ricardo) y a otros los despreciaba (los apologistas puros, a los que se refería como «el pugilato pagado»).
Cuando Marx y Engels leyeron por primera vez a Proudhon, y luego lo conocieron en Francia, quedaron impresionados. A partir de su experiencia como trabajador artesanal, Proudhon había desarrollado una crítica al capitalismo y un concepto de socialismo. Los dos, jóvenes radicales de clase media, aprendieron de él. En “La Sagrada Familia” (el primer libro realmente “marxista”), Marx y Engels comentan el libro de 1840 ¿Qué es la propiedad? de Proudhon:
«Proudhon hace una investigación crítica -la primera investigación resuelta y firme a la vez que científica –de las bases de la economía política, la propiedad privada. Ése es el gran avance científico que ha hecho, un avance que revoluciona la economía política y hace por primera vez una ciencia real de la economía política» (citado en Foster, 2000; p. 12).
Más tarde, Marx y Engels se vuelven adversarios políticos y teóricos de Proudhon. Marx atacó las opiniones de éste en “La miseria de la filosofía”, así como Engels lo hizo en “La cuestión de la vivienda”. No entraré en los asuntos teóricos planteados allí; creo que Marx y Engels aprendieron de Proudhon y se desarrollaron más allá de él en determinadas maneras. Bakunin afirmaba,
«No hay duda alguna que en la crítica implacable que Marx ha hecho de Proudhon hay mucho de cierto. … Proudhon seguía siendo un idealista y un metafísico. Su punto de partida es la idea abstracta del derecho; del derecho pasa al hecho económico mientras que el Sr. Marx, a diferencia de Proudhon, ha expresado y demostrado la indudable verdad, (…) de que el factor económico ha precedido siempre y sigue precediendo al derecho jurídico y político. La exposición y demostración de esa verdad constituye unas de las principales contribuciones de Marx a la ciencia». (Leier, 2006: p.256).
Aparte de su teoría económica, Proudhon se oponía a la huelga y a los sindicatos (y ni hablar de una revolución de la clase obrera). Pero también elaboró el concepto de socialismo federalista y descentralizado, contrario al estatismo centralista de Marx, que sería importante en el desarrollo del anarquismo revolucionario.
Sin embargo, toda la discusión es un sinsentido. La cuestión fundamental debería ser si la teoría económica de Marx es una buena teoría, útil para la comprensión de la economía capitalista y útil para desarrollar reacciones políticas a ella. Lo mucho o no que Marx aprendió de otros es irrelevante. Si obtuvo buenas ideas de Proudhon, bien por él.

¿Crítica a la economía política?
Hay cierta disputa acerca de si hablar de «economía de Marx», «economía política de Marx», o «crítica de Marx a la economía política». Sobre la primera, Marx discute la producción y distribución de mercancías y otros tópicos que son temas recurrentes que abordan textos sobre «economía». Al mismo tiempo, sus objetivos e intereses eran completamente opuestos a los de los de los economistas burgueses: no hacer funcionar mejor el sistema, sino derrocarlo.
En cuanto a «economía política», este era un término tomado de Aristóteles, quien distinguía entre la «economía doméstica» (del hogar y la hacienda) y la «economía política» (de la polis, la comunidad). Los economistas burgueses anteriores a Marx habían tomado ese concepto. Conectaban su análisis de la economía con el rol de las clases y el Estado. A muchos radicales modernos les gustaba usar el término en función de enfatizar que integraban la producción y el consumo al rol del Estado y de la totalidad de la sociedad. Sin embargo, el mismo Marx generalmente usaba «economía política» como un sinónimo de economía burguesa.
Marx prefería usar la frase «crítica a la economía política». Era el título o subtítulo de gran parte de sus libros (incluyendo “El Capital”). El término «crítica» quiere decir «análisis crítico», es decir, examinar los aspectos positivos y negativos de algo en sus interacciones. Él era el enemigo político de los economistas políticos, a pesar de lo mucho que respetaba a unos pocos por su perspicacia. Era el oponente del sistema que examinaba y exponía. Algunos marxistas hoy en día prefieren decir que están profundizando la «crítica a la economía política». Sin embargo, ésta parece una frase larga y, de alguna forma, extraña.
En lo personal, uso los tres términos, pero es fundamental tener en cuenta que lo que estamos haciendo es un ataque a la teoría económica burguesa y a la economía capitalista. En un sentido muy real, “El Capital” por completo era una justificación para lo que Marx había escrito como conclusión del “Manifiesto Comunista”: «Los proletarios no tienen nada que perder, como no sean sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo entero que ganar. ¡Proletarios de todos los países, uníos!», y para lo que escribió como primera “regla” de la Primera Internacional, «La emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos».

* El capítulo 2 discutiría el método de Marx, la teoría del valor-trabajo y la naturaleza del plusvalor.

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