viernes, 20 de enero de 2012

EZEQUIEL ZAMORA LIBERTARIO + NOTA

EZEQUIEL ZAMORA EL CASTIGADOR DE LA OLIGARQUÍA Y LÍDER DE LA INSURRECCIÓN CAMPESINA. "TIERRA Y HOMBRES LIBRES"


Dos compas mirando una bandera con el rostro de Ezequiel Zamora, se comienzan a preguntar sobre la postura política e ideas del personaje, teniendo lugar el siguiente dialogo....

Compa, ¿Es verdad que Zamora fue socialista?
- Coño, es difícil asegurar esa vaina que usted dice, pero de que era revolucionario sí lo era cámara.

- pero... ¿Por qué revolucionario sí llevaba ideas liberales, esas vainas no son de derecha?
Compa mire, hay que ubicarse en aquellos entonces. Ahí mandaban los godos, esos que supuestamente lucharon con el pueblo pa´sacar a los españoles de aquí y después de que agarraron el coroto se olvidaron de nosotros. Ellos eran los conservadores, los antiguos mantuanos que se burlaron de las ideas de Bolívar de liberar a los esclavos y de repartir tierras y no cambiaron un carajo en Venezuela. Ya pa´los años cuarenta del siglo diecinueve había un periódico llamado “El Venezolano” que le hacía críticas al gobierno de los ricos. Ese periódico era dirigido por Antonio Leocadio Guzmán y era liberal, ósea en contra de los conservadores del gobierno. También existía un partido de oposición a los godos que era el Partido Liberal y en ese partido se reunían toda la gente que no quería al gobierno, gente que luchaba por una sociedad más justa, donde todos tuvieran derecho al voto, a la tierra y demás libertades.
Esa cosa entre liberales y conservadores se parece mucho a lo de los adecos y copeyanos, que se turnaban pa´ robar… - Tal vez es parecido, pero en el Partido Liberal habían personas que en verdad querían cambios en el país, y uno de ellos era Zamora y la mayoría con quienes se reunía: campesinos, peones, esclavos y demás excluidos de la sociedad.

- ¿Y cómo Zamora conoce esas ideas?
– Bueno, al principio fue por la educación que le dio un francés llamado Juan Caspers, un señor que era revolucionario en su país pero que por la represión que pasó allá se vino a estas tierras, luego fue por otros… pero déjeme que le siga contando: en Villa de Cura Ezequiel tiene una tienda, un abasto en donde se reunían muchas de esa gente que le gustaba lo que proponían los liberales. Ahí Zamora habla de democracia, del voto popular, de federación, de repartición de tierras…

- Epa, ya va, ya va cámara… ¿Federación, eso no significa que cada región haría lo que se le antojara, que se desintegrara el país?
– Claro que no compa… esa Federación que querían los liberales era más que todo hacer una organización de la sociedad en donde se respetarán los derechos de todas las personas, era ir en contra de la oligarquía de ese tiempo, que eran centralistas. Por lo menos para muchos fue eso, tal vez pa´otros significaba sólo ir en contra de los godos… en fin… que bajo la bandera de la  Federación se agrupaban todos aquellos que luchaban por derrocar al gobierno oligarca. Bueno, pa ´seguir el cuento. Allá en Villa de Cura Zamora se lanzó como candidato a la Asamblea por ese poblado, y gana por paliza… pero los centralistas le hacen trampa y desconocen su elección. Por esa vaina el General se alza con Pancho Rangel y forman el Ejército del Pueblo Soberano - ¿Y sí lo seguía el pueblo? – ¡Claro compa! iban tras él todos aquellos que estaban explotados por los oligarcas. Pero los ricos pudieron más y en el 47 cae el alzamiento, a Zamora lo ponen preso y fue condenado a muerte. Esa condena se la cambian con el gobierno de Monagas a 10 años, se escapa de la cárcel pero el mismo José Tadeo lo convoca pa´ que lo defienda de los oligarcas que querían tumbarlo.

Cámara ¿Y qué hay de la guerra federal?
– Pa´allá vamos… gobierna Monagas quien acaba con la esclavitud, pero le dan un golpe de estado los conservadores. Zamora desde Curazao llega a costas de Coro en febrero de 1859. Se forma la guerrilla por todo el país y todos eran seguidores de Ezequiel. El General se va por el centro y occidente: Valencia, Morón, Yaracuy, Barquisimeto, Guanare, Barinas. Territorio que liberaba, territorio en donde se hacían elecciones libres y pa´todos, se repartían tierras a los campesinos y se erradicaba el latifundio.

- ¿Y cómo hacía con los ricos de la región?
Pues les respetaba su pensamiento, aunque no permitía la propaganda; el gobierno que surgía de esos estados era realmente democrático, como lo deseaba El Libertador. Era la verdadera revolución, iba más allá del liberalismo.

- ¿Cómo así?
– Es que Zamora andaba con intelectuales que le ayudaban en la organización social de los territorios liberados, gente que venía de Europa, de Francia; gente que leía sobre las ideas del socialismo llamado utópico, y hasta Proudhon, que era anarquista.

– Vasié compadre, ¿Éso de anarquista no es ser un desordenado, un loco que quiere hacer lo que le venga en gana, que quiere destrucción y ser caótico?
– Pues no compadrito, le explico: los anarquistas son seguidores del anarquismo, una ideología que quiere acabar con el capitalismo y el Estado…

– ¿Pero si acabamos el Estado como se va a hacer pa´organizar la sociedad?
– Pues organizando todo desde abajo, que cada quien dé su opinión y participe en los asuntos de su localidad, en lo social, lo económico, en lo cultural. Algo así como los consejos comunales, que deben federarse en comunas, luego en ciudades comunales hasta ver si se puede lograr el Estado Comunal.

- Pero sería igual un Estado…
- Es que la vaina no es cómo se llame, sino cómo funcione. Además ese Estado al que se oponen los anarquistas es el burgués, el lacayo que mantiene al sistema que tenemos ahorita, el de los oligarcas.

– Esos mismos que detestaban a Zamora?
¡Exacto compa!... Pero sigamos con el Jefe del Ejército del Pueblo Soberano. El fue derrotando a los godos poco a poco, hasta que los trajo hasta Santa Inés. Ahí acabo con el ejército burgués de los centralistas, despejando el camino pa´que los soldados zamoranos se enrumbaran hacia Caracas.

- ¿Pero por fin eran soldados federales o zamoranos, ahí no estaba también Falcón?
– Lo que pasa es lo siguiente: Se decía que Juan Crisóstomo Falcón era el Presidente en campaña, pero la verdad es que casi nadie le paraba bolas, a quien seguían era a Zamora, era él realmente el General ya de un Ejército Zamorano, el pueblo veía en él a uno de ellos, uno más de su pueblo que se ganó su liderazgo siendo combatiente pero también respetuoso; el que cumplía con las promesas de libertad política, el que repartía tierras entre soldados y campesinos, el que ponía a sus tropas a aprender a leer al igual que a todo aquel que no supiera, el que prometía democracia y cumplía, cámara. Por eso sus soldados se hacían llamar orgullosamente soldados zamoranos. Pues bien, siguiendo la conversa, Zamora logra la total liberación del occidente del país y piensa dirigirse al centro, a San Carlos. Al aniversario de la victoria de Santa Inés, él se encamina a organizar la rendición definitiva de la ciudad. Y en unas trincheras cercanas a la iglesia de San Juan recibe un disparo mortal en la cabeza. Y le digo una cosa compa, cada vez que viene a mi mente esa imagen que tantas veces he leído en los libros, se me enguarapan los ojos de tristeza… ¡Que vileza, qué traición cometieron, no sólo con el gran Zamora, sino con el pueblo venezolano! Porque aunque la guerra siguió, los ideales de tierra y libertad, de horror a la oligarquía se desvanecieron en luchas sin sentido revolucionario que llevó de nuevo al pueblo, victima otra vez de traiciones, a la miseria y a la explotación. Dicen que fue Falcón, otros Guzmán Blanco, su jalabola particular. Lo cierto es que con la muerte de Zamora también murió la esperanza de que Venezuela se convirtiera en un país verdaderamente libre y con más igualdad…

- Coño, ese Falcón cómo que era igual de traicionero a uno que yo conozco…
- ¡ja, ja, ja, es verdad compa, se parece mucho! Bueno, mejor nos vamos, parece que va a llover y aquí en la plaza nos vamos a mojar…

- Ta´bien, vamos que le invito un mondongo allá en el mercao Terepaima, así me sigue contando sobre eso de los anarquistas…
- ¡Voy pero con la condición de que acompañe la vaina con unas cervecitas, vasié!

NOTA:

Busquemos nuestra propia identidad. Nuestra historia está llena de luchas con espíritu libertario. Buscar y valorar nuestra propia  identidad, amar nuestra tierra y nuestra historia y sentirse parte de la tierra que pisas no es patriotismo ni mucho menos nacionalismo. en un continente como el suramericano, al que le han arrebatado su identidad y su historia durante siglos, es de suma importancia comenzarnos a conocer, comenzar a darnos cuenta que si bien a nivel mundial han habido luchas admirables y trascendentales, personajes legendarios y muchas veces grandiosos; también en nuestra historia los hay, y que aquellos quienes se han interesado en borrar nuestra historia lo han conseguido y aun más doloroso es confesar que han llegado más allá, cuando decimos que la han suplantado por otras historias y otras culturas.
Sentirse venezolano no es ser nacionalista es tener sentido de identidad y de pertenencia, ser nacionalista es creerse mejor que otros pueblos, ser nacionalista es pretender que la lucha se quede solo en un pueblo y no mirar más allá, ser nacionalista es ser egoísta y mezquino. aquellos los que se hacen llamar anarquistas y que ven la anarquía desde la concepción euro-centrista, esos mismos que dicen que la anarquía debe ser igual en todas partes, esos que no pueden entender que nunca podrá lograrse la anarquía en nuestros países si lo hacemos a su manera, a esos quiero decirles que ellos son quienes con sus palabras y sus posturas arrogantes, promueven el nacionalismo, si! ese mismo nacionalismo europeo que nos restriegan cada vez que debatimos en alguna tribuna, eso es nacionalismo compañeros, y no el querer hacer la anarquía a nuestro modo, con nuestras propias armas y mucho menos el querer reivindicar nuestras luchas. a esos “anarquistas” europeos (euro-centristas) y a sus lacayos “anarquistas” en Suramérica les queremos decir: conocemos de sobra la historia del anarquismo en Europa pero es triste decir que nos han escondido la nuestra, si! compañeros! tenemos una historia libertaria ancestral en nuestra América, aquella historia de LOS CIMARRONES, LA DE ANDRESOTE, LA DE JOSÉ LEONARDO CHIRINOS, LA DE GUAICAIPURO, LA DE LOS JIRAJARA, LA DE LOS GAYONES, LA DE BOVES, LA DE ZAMORA, LA MISMA DE ZUMBI DOS PALMARES, LA DE MANDU LADINO, LA DE GUARIONEX, LA DE GAITANA, LA DE GANGA ZUMBA, LA DE LOS MAPUCHES, LOS SELKNAM, LOS YAMANAS Y LOS TEGUELCHES, LA DE LOS GUARANIES Y MILES DE HISTORIAS DE LUCHAS LIBERTARIAS QUE FUERON AUN MAS ALLÁ DE LA LUCHA ARMADA , TENEMOS UNA ANCESTRAL HERENCIA DEL CONCEPTO DE PROPIEDAD DE TIERRA COMUNAL, DE UNA VOLUNTAD DE AGRUPACIÓN CONSIDERABLEMENTE IGUALITARIA, DE LA UTILIZACIÓN SOLIDARIA DE LOS BIENES, DEL DESAPEGO DE CUALQUIER FORMA DE LUCRO Y ACUMULACIÓN DE RIQUEZA, DE UNA FORMA DE GOBIERNO ASAMBLEARIA (AUTOGOBIERNO) Y DE INSTITUCIONES DE CARÁCTER CIVIL TAN ORIGINALES QUE EL MUNDO SUPUESTAMENTE EVOLUCIONADO AUN ESTÁ BASTANTE LEJOS DE CONSEGUIR. ES VERDAD QUE NO SE TRATO DE UN MUNDO PERFECTO PERO LA SUFRIDA PERMANENCIA DE ALGUNA DE ESTAS CULTURAS NOS OFRECE UN CAMINO PARA REFLEXIONAR SOBRE NUESTRO PRESENTE, CON UNA APERTURA QUE NO SUPIERON TENER AQUELLOS QUE POR PRIMERA VEZ SE ENFRENTARON CON TANTA DIVERSIDAD Y AVANCE HUMANO, APERTURA QUE LOS EURO-CENTRISTAS AUN, DESPUÉS DE SIGLOS, NO TIENEN.
queremos invitar a estos compañeros a conocer nuestra historia y nuestras luchas, asi como ellos nos han bombardeado con sus luchas y sus personajes, sobre todo a los anarquistas españoles queremos dejarles claro que admiramos sus luchas y las respetamos, pero no respetamos la posición arrogante y profesoral que toman muchos de ustedes cuando se encuentran con algún anarquista suramericano que les discute de tu a tu, no respetamos eso y es mas lo repudiamos y creemos que es hora de que acepten que no son ustedes los eruditos del anarquismo ni mucho menos son quienes para decirnos de que manera debemos luchar. Queremos conseguir nuestro camino y nuestros métodos, acompañemos sus luchas pero tenemos la nuestra compañeros. USTEDES TIENEN A FRANCISCO FERRER NOSOTROS A SIMÓN RODRÍGUEZ, USTEDES A DURRUTI NOSOTROS A ZAMORA, USTEDES A ASCASO NOSOTROS A BOVES, USTEDES LA GUERRA CIVIL NOSOTROS LA GUERRA FEDERAL, Y ASÍ PODRÍA SEGUIR HASTA LLENAR PAGINAS Y PAGINAS CON NOMBRES DE PERSONAJES Y DE LUCHAS LIBERTARIAS; y tienen que entender y respetar todo esto así como nosotros lo hemos hecho durante años y años de bombardeo anarquista euro-centrista. Todo esto lo escribo porque creo que ya es hora de ir poniendo las cosas en su sitio y de despojarnos de esa admiración que ha derivado en adoración hacia todo lo que tenga que ver con el anarquismo europeo adoración que muchos europeos anarquistas han sabido aprovechar para muchas veces dejarnos caer su omnipotencia, su arrogancia y sus leyes inexorables e ineludibles. LES DEJO CON UNA FRASE DE UN CAMARADA EUROPEO BASTANTE ADELANTADO A SU EPOCA: 
"No debemos jactarnos jamás de poseer la verdad absoluta: por el contrario, creemos que la verdad social no tiene un valor fijo, adecuado para todos los tiempos, universalmente aplicable, o que pueda determinarse por adelantado... Nuestras soluciones dejan siempre la puerta abierta a distintas y, esperamos, a mejores soluciones"

Errico Malatesta 1921 a la edad de 68 años.

Hasta una nueva oportunidad camaradas. Salud y anarquía!

¡Basta de euro-centrismo!
¡Por un anarquismo originario y autóctono!
¡Que cada pueblo busque su camino hacia el comunismo libertario!
¡¡Arriba los y las que luchan!!
 
RAFAEL E. PEREZ PERDOMO
VALENCIA, VENEZUELA 20/01/12

FARV
¡Por El Comunismo Anti-Autoritario!

LA LARGA LUCHA DE LOS JIRAJARAS


CIEN AÑOS DE RESISTENCIA  ARMADA

                                                                                              Julio Chirino
                                                                                                (El Cabito)

La historia deformada.
La lucha por los cambios que se vienen produciendo en la sociedad venezolana en la etapa actual y que implica, en primer término, la enarbolación de las banderas patrióticas y nacionalistas que sirvan de palanca impulsora al torrente de energías revolucionarias que habían sido  mediatizadas por muchos años en el seno de la sociedad venezolana a consecuencia de una dirigida y muy bien planificada penetración cultural que comenzó en los albores de nuestra nacionalidad y que ha venido minando, desde entonces, la conciencia nacional a fuerza de tergiversar la historia llena de heroísmo de nuestros antepasados.

Desde Oviedo y Baños hasta Manuel Vicente Magallanes, ese interés y encargo de las clases dominantes foráneas e internas para que se escriba la historia a su manera, ha sido cumplido con disciplina y acierto clasista sorprendentes, donde los términos de gandul y bandolero, en ambos escritores, han buscado el mismo objetivo de ocultar y descalificar la gesta gloriosa de nuestros indígenas, para así mantener y eternizar la dominación contra las clases populares.
Venezuela es un país que desde la época de la conquista hasta nuestros días, ha sufrido una profunda penetración cultural extranjerizante que ha deformado premeditadamente toda la historia nacional. Las clases dominantes en el poder, a través de sus ideólogos, se han encargado de relatar esa historia con marcados y premeditados rasgos de dependencia, dándole la interpretación que sirva a sus intereses y en particular a la conservación y reproducción del poder, sepultando en las bóvedas de una distorsión histórica, todos los gritos de rebeldía y todos los actos de resistencia armada de los explotados con que se ha cubierto toda nuestra historia. El rescate de nuestra tradición cultural implica la exaltación de nuestros valores autóctonos y nacionalistas, rescatando toda la fuerza arrolladora de nuestra tradición libertaria, poniendo en su justo lugar la admirable gesta de Guaicaipuro, Los Jirajaras, Andresote, El Negro Miguel, José Leonardo Chirino, Gual y España, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora, para nombrar solamente los luchadores más descollantes de cada episodio libertario de nuestro pueblo.

El discurso narrativo de la conquista.
Los historiadores comprometidos con el sistema de explotación y con el discurso narrativo de la conquista se han encargado de educar a nuestras generaciones con sus textos de historia adulterada bajo el espíritu de rendirle pleitesía a los Conquistadores, de erigir estatuas a su memoria en nuestras Plazas y Parques, relegando a un segundo plano –y a veces hasta ignorando-  a los verdaderos héroes que se opusieron a la brutal agresión del colonizador español. El colmo del cinismo en este discurso colonizador es la instauración de un 12 de Octubre como el Dia de la Raza obligando a nuestro pueblo a postrarse con admiración frente a las estatuas de quienes como Cristóbal Colón, Alonso de Ojeda, Juan de Ampíes, Diego de Lozada y demás conquistadores deberían merecer nuestro más indignado repudio en vez de haber permitido impunemente que un día como éste se haya convertido en fecha de celebraciones y alabanzas a la bravura del invasor, cuando la verdad fue otra y muy distinta. Precisamente ese día, con la llegada del comerciante genovés don Cristóbal Colón a nuestras costas de Macuro, comenzó la invasión y el saqueo más despiadado de América por parte del colonialismo europeo, que reducidas sus fronteras para la acumulación de riquezas, necesitaba, como todo capitalismo en expansión, abrirse hacia nuevos mercados.
Muy lejos está esa historia de dominación de decirle la verdad al pueblo, que no es otra sino ésta: ese día la avidez de riquezas del insolente colonialismo español  cortó, a sangre y fuego, el proceso de evolución de las clases en nuestro país é impuso por la fuerza de la superioridad tecnológica y militar, un Estado extraño a nuestro propio desarrollo  histórico como pueblo. En la resistencia armada contra el invasor español, existen innumerables capítulos de defensa intransigente de lo nuestro, de  heroica actitud –y no de fiereza- como dice Vicente Magallanes, que conviene mencionar.


La resistencia armada de los Jirajaras.-
Como en esta oportunidad la intención es comenzar a destacar todas esas acciones queremos iniciar el tema con uno de los capítulos que debe tener para los venezolanos una singular importancia y que además es uno de los episodios ocultos, olvidados, ignorados y tergiversados de la resistencia indígena, de la misma manera que se distorsiona y minimiza el verdadero papel y participación de Ezequiel Zamora en la Guerra Federal. Nos referimos a la heróica gesta, prolongada y victoriosa por muchos años y llena de riqueza militar, tanto táctica como estratégica, que desarrollaron los Jirajaras desde el estado Falcón y en toda la extensión del territorio que circunda a Nirgua en el Estado Yaracuy.
La acción de resistencia armada más prolongada, tenaz y organizada por parte de la tribu de los Jirajaras comienza en la Sierra de Coro en el año de 1513 y se traslada con la misma carga de rebeldía a las montañas y valles de Nirgua en el año de 1535. Este gesto poco conocido y adulterado  por los historiadores de todo signo, va a desarrollarse a partir de entonces en la modalidad de guerra de guerrillas hasta el año de 1628.  Esta resistencia bélica  se inició,  justo cuando comienza el saqueo de españoles y alemanes –a través de los welzares- sobre nuestras tierras y con espíritu indómito, opusieron una encarnizada resistencia al saqueo extranjero de nuestras riquezas. Es así como se oponen con acciones de fusilamiento de sus verdugos a las intenciones de esclavitud, hostigando constantemente a la población española de Coro; hasta convertir la Sierra coriana en su zona de retirada y Cuartel General de la resistencia. Ante la superioridad militar del invasor español  no dan pelea frontal ni se aferran a ningún territorio, ensayan una singular guerra de guerrillas de gran movilidad en un amplio escenario de la sierra para contrarrestar el empuje militar permanente del invasor y anulando de esta manera la efectividad de la caballería, novedosa arma traída por los españoles para la conquista.

Estrategia y Táctica del ejército indígena.-
Fieles a la táctica de no defender territorio, ya para el año de 1545 habían llevado la lucha a las inmediaciones de Nirgua del Estado Yaracuy,  donde se harán fuertes por más de noventa y tres años. Este hecho y muchos más conforman la tradición guerrera de nuestro pueblo y constituye uno de los antecedentes más hermosos y de admirable resistencia militar opuesta al invasor en suelo americano. Es menester, por tanto, buscar las razones por las cuales las acciones de combate de los Jirajaras duró tantos años, así como también es necesario indagar sobre los logros desde el punto de vista de la táctica militar, así como de su posterior aniquilamiento como ejército y como pueblo indígena.
La larga y efectiva resistencia de esta aguerrida agrupación indígena en el terreno militar estribó, sin duda alguna, en la justeza de su lucha y en el hecho de que se constituyeron en varios grupos pequeños, en guerrillas, para mantener en jaque y constante hostigamiento a las fuerzas españolas superiores en técnica, experiencia y en armas. Evitaron acertadamente, y al máximo, el comprometimiento de sus fuerzas en choques frontales, tal y como lo buscaban los estrategas de la corona española. Diseminados en muchos grupos, adoptaron la modalidad de la emboscada como táctica de combate y ello les hizo invulnerables primero y tardíos posteriormente para su total derrota por parte del colonizador, quien tuvo que pagar una elevadísima cuota de sangre a lo largo de casi una centuria. Esa  prolongada confrontación bélica tuvo destellos de cierta claridad política al hacer uso  de las alianzas, como ocurrió con la rebelión del negro Miguel en las mismas montañas del Estado Yaracuy, con cuya acción de rebeldía estuvieron comprometidos desde un comienzo. Esta claridad y amplitud estuvo unida a su indoblegable actitud en defensa de sus territorios y su cultura, obstaculizando, hasta impedir, a costa de inmensos sacrificios humanos, que el invasor explotara las minas de oro de Buría en el mismo Yaracuy.
En la selección del enemigo principal hicieron  gala igualmente, de sabiduría política al mantener en constante hostigamiento a todas las fuerzas españolas que pasaban por su territorio o que se disponían a fundar Villas que facilitaran el saqueo. A tal punto llegó la resistencia contra el despojo de nuestras riquezas, que en 1562, a veintisiete años de haberse iniciado la lucha armada en los alrededores de Nirgua, esta población tuvo que ser abandonada por sus habitantes españoles, al igual que lo fueron las otras poblaciones españolas cercanas.
La expresión más alta del dominio militar y del aprovechamiento de un terreno que conocían palmo a palmo se explica, sin muchas posibilidades de discusión, en el hecho de que entre 1589 y 1628 -¡treintinueve años exactamente¡- todos los estrategas militares de la corona española investidos con títulos de gobernadores, entrenados en el arte militar y participantes en muchas contiendas europeas, fueron derrotados por las guerrillas de los Jirajaras y todos tuvieron que retirarse con serios destrozos en sus filas.

La última derrota  del ejército español.-
Los últimos intentos de aniquilamiento de la aguerrida etnia de los Jirajaras le fueron encomendados, sucesivamente, a los gobernadores García Girón y Francisco de la Hoz Berrío, quienes en 1611 tuvieron que retirarse con el más rotundo fracaso en la difícil empresa de someter  por la fuerza de las armas a los indomables guerreros indígenas. Una vez derrotados uno a uno sus enemigos esta agrupación indígena se hizo dueña absoluta, desde el punto de vista militar, de toda la rica geografía que bordeaba a Nirgua, incursionando ya sobre poblados importantes como Valencia, abasteciéndose de las mercancías que gracias al saqueo y expropiación de sus tierras producían y trasladaban los soldados españoles. Hábilmente evadían, en una acertada y legítima  estratagema militar, a las fuerzas  regulares de la conquista que buscaban el combate en el terreno plano a fin de hacer uso a mansalva y sin obstáculos de la caballería.

La estrategia de aniquilamiento del invasor.-
Ante la imposibilidad de controlar tan importante y efectivo foco de rebeldía armada, el mando español urdió una campaña final de aniquilamiento que consistía en unir en una sola fuerza y bajo un mando único, a toda la élite guerrera acantonada en los Ayuntamientos de Nueva Segovia (hoy Barquisimeto), El Tocuyo, Valencia y Caracas. Los Jirajaras, a juicio de los ejecutantes de la política del saqueo en la región, se habían constituido en un punto de referencia contra todo el Plan de Conquista en suelo venezolano. Para ese momento habían cortado con su victorioso accionar militar todo el tránsito y el comercio colonial que provenía de las Provincias ya sometidas.-o en camino de sometimiento-, como Nueva Segovia, El Tocuyo, Maracaibo, Coro y parte de Los Andes. Su apostamiento en un centro de obligada convergencia como lo era Nirgua y sus alrededores, hacía que su posición fuera, francamente privilegiada y peligrosa desde el punto de vista politico y de la estrategia militar del agresor extranjero. Una resistencia armada victoriosa que se prolongaba a lo largo de casi un siglo y que inflamaba el espíritu de rebeldía de otros sectores de la población, tenía que ser considerada demasiado peligrosa para no empeñar en contra de ella todos aquellos esfuerzos y recursos bélicos que la doblegaran y la convirtieran, en vez de un digno ejemplo a seguir en forma inmediata, en una lección desmoralizadora para el resto de etnias venezolanas, y hacia ese objetivo estaría dirigida la acción concentrada en hombres y recursos en la estrategia del ejército invasor.   Fue entonces cuando, previa discusión en la alta dirigencia político-militar, el propio Gobernador de Caracas, Juan Meneses y Padilla, salió de su recinto ya pacificado con un numeroso y equipado ejército entrenado para el aniquilamiento de los pueblos indígenas. En Valencia se le unirían los otros tres Ayuntamientos y una vez discutido el Plan Militar, se dirigieron hacia la región de Nirgua, casi liberada por los Jirajaras y allí establecieron su Cuartel General fortificado.

Una batalla final de tres años.-
Tres largos años, sin embargo, duró la campaña del gobierno. Fueron tres años de enconada y recia lucha, que dejaron como ejemplo la escogencia de ser aniquilados, antes que servir como esclavos al conquistador.
Para facilitar este triunfo español sobre nuestros soldados indígenas, tal vez jugó un papel de importancia el hecho de haber cometido ahora el error que fue desechado en Coro, al comienzo de la contienda: aferrarse a un territorio. Al lado de este inexplicable cambio de estrategia, estuvo el hecho  de significativa relevancia de carecer de una jefatura sólida, como la de Guaicaipuro en el centro, que amalgamara política y militarmente el resto de etnias que luchaban dispersas en toda la región  cercana al escenario de batalla de este glorioso é indomable ejército de flechas. Además, pese a que conocían perfectamente el arte de guerrear del enemigo, no encontraron, finalmente, formas nuevas de contrarrestar la superioridad en armamento de los conquistadores y en resumidas cuentas, no encontraron la solución para salir de la precaria situación de contar, como único armamento, el arco y la flecha. Otra fatalidad para no culminar con éxito el desarrollo de la lucha contra el acorazado contendiente, fue la de no poder establecer coordinación alguna con otros grupos indígenas que hacían resistencia tenaz en varios puntos de la geografía venezolana; una vez aislada por completo la guerra de guerrillas de los valientes Jirajaras, el debilitamiento y finalmente el aniquilamiento fue un hecho consumado.

La lucha de los jirajaras, un ejemplo a seguir.-
De un episodio de esta magnitud y trascendencia, de una brillante sostenida y victoriosa resistencia de 93 años, no puede quedar solamente como recuerdo una fiera hormiga roja llamada jirajara, como lo sostiene Vicente Magallanes, a menos que haya un interés clasista en ocultarle al pueblo la verdad, en desfigurar  aquellas experiencias que puedan encender de nuevo, o reanimar,  porque nunca ha sido apagada, la llama de la rebelión en caso de que un nuevo y moderno invasor extranjero intente de nuevo profanar el suelo patrio.
Para los venezolanos de hoy la extraordinaria experiencia de los Jirajaras fue un camino justo y digno contra el invasor de ese momento y de una validez aún vigente para enfrentar enemigos actuales que osen irrespetar nuestra soberanía abusando, al igual que los españoles, de su poderosa maquinaria bélica. Es necesario pues, enaltecer y revivir en nuestro pueblo todo el caudal de combate y espíritu de  sacrificio que nos legaron, como defensores de nuestro territorio los irreductibles Jirajaras.

 Julio Chirino
            (El Cabito)